He podido ser tantas cosas que no he sido
y entre tanto tonto sigo en un invierno frió
en medio de un sin fin de nada en este largo hastío
como un carro en la cuneta de un abrupto camino.
He atado mis recuerdos con versos
para seguir de pie que no ileso,
sin embargo aún me vendo por un beso
de esos que reparte tu boca como eneros.
He mirado en infinidad de noches la luna
contemplando la hermosura más pura,
he notado como mi mente se desnuda
entre el humo de las noches más oscuras.
He visto los más efímeros carnavales
en cuaresma por amores estivales,
he visto atardeceres deslumbrantes
y aun maldigo al sol por ocultarte.
He follao tristes noches en rincones,
ojos con lenguas en los balcones
al tanto de mi deserta de razones,
mis pecados los cuido entre algodones.
He muerto de mal de amores,
me he reído de los cantautores
que rezaban en verso oraciones
a la perdición de tus pezones.
He sufrido en mis carnes desoladas
el viaje intimo de la locura en tus sabanas,
he avanzao hasta detenerme en los pies de tu cama
y forje con sueños de verano el calor de una casa.
Me paré a saciar mi sed en el oasis de tu ombligo
otras veces bebí de mis lágrimas cuando te digo lo que te digo
aprendí que el camino hacia el olvido
muchas veces se asemeja a encontrase en un nicho
y con ello que no habrá tal vacío
que me deje más que herido
que el ser o no ser más de lo hasta ahora he sido
hoy me importa lo mas mínimo
pues en el largo camino
si nunca te has perdido
jamás encontrarás el sentido.
He reído,
he llorado,
he caído,
he sentido,
me he levantado,
he desfallecido,
he muerto,
he vuelto,
he sentido al mirarte, encontrar un sentido.
